Monday, July 30, 2012

Èsù, el mensajero divino

Todas las informaciones sobre Èsù apenas comienza a tocar la superficie del verdadero significado de la deidad y de su importancia en la cosmogonía yorùbá. Son muchos los “Ese Ifá” o historias de Ifá que relatan las aventuras y peripecias de éste Orisa que se levantó de la corteza terrestre y causó angustia, y hasta indignación, en el Panteón Yorùbá en épocas primigenias.

Èsù es más que un mensajero o guía, de hecho, tiene diferentes propósitos y responsabilidades en el Cielo, en la Tierra y para las divinidades y humanos. Para el Cielo, Èsù es quien garantiza su dominio para la depuración espiritual y el crecimiento y embellecimiento del alma. En la Tierra es quien permite la evolución de la humanidad, sus tragedias y logros, sin él no existiría vida, propósito ni cambio. Para las divinidades Èsù es un personaje que debes tener como aliado y buscar de él los favores de sus maravillosas y singulares habilidades. Para los humanos, Èsù tiene la majestuosa habilidad de ser tenebrosamente maligno o divinamente celestial, es el escritor de nuestras atípicas desgracias y precursor de nuestros logros, es quien traza la senda al éxito y dibuja las tentaciones y distracciones que despachan nuestras oportunidades.

Èsù tiene la particularidad de poseer un carácter lúdico y a veces pesado que se desplaza entre la vida de los seres humanos, moviendo piezas en su gran parque de diversiones de escala mundial. Sin duda alguna, Èsù es el Orisa más parecido a los humanos, su naturaleza, al igual que la del mundo, abarca un amplio rango de benevolencias y perversiones. No obstante, es la balanza perfecta para el justo y correcto que actúa pensando en la búsqueda de la tranquilidad de su alma y la buena acción en su obra, inclinándose grata y abundantemente, pues es el principal admirador de la justicia y la bondad.
Para aquellos que traicionan su integridad y estafan la confianza y benevolencia de otro o de muchos, sepan que la repercusión negativa espera deseosa actuar plenamente para compensar la desigualdad universal y hacer saber con puño de acero que el bien siempre estará sobre el mal. Èsù invita a los seres humanos a comprender y a pensar, los prueba y condena, y a veces hasta los redime.
Partiendo de la premisa de que las cosas buenas no vendrán a menos que sean llamadas, y las malas no dejarán de manifestarse a menos que sean frenadas, es necesario acercarse a una entidad espiritual que sepa cómo convocar o detener estos factores, ya que ellos también operan a un nivel espiritual.

Se puede decir que Èsù es quien contrarresta las fuerzas negativas del hombre.
El mundo no debe estar excesivamente polarizado y Èsù se sienta en las alturas para proveer el balance de las dos fuerzas opuestas para un cosmos funcional.

Dentro de los límites de la obediencia a los sacrificios, Èsù otorga o quita, para que el hombre pueda probar los dos extremos, abundancia y carencia.
Èsù le coloca pruebas a los humanos y los somete al ridículo para que conozcan un poder más allá de su comprensión.Èsù tiene sus comidas predilectas.

El chivo (obuko) y el aceite de palma o (epo pupa) son algunos de los artículos con los que no se debe jugar cuando atendemos a este Orisa.

Instintivamente, sin importar qué tan molesto esté Èsù, una vez que se le da epo estará pacífico. Uno de los tabúes principales para esta deidad es el adi (aceite de almendra). Los alimentos favoritos de Èsù son: obuko (chivo) aja (perro) y akuko (gallo).

Hoy en día, en muchas ciudades y pueblos de la tierra yorùbá se encuentra a Èsù posicionado estratégicamente y designado para realizar encomiendas dadas por otras deidades, por ello se le conoce como el mensajero divino.
En la mayoría de los hogares de la tierra yorùbá Èsù se localiza afuera de las casas, bien sea en una esquina o en un frente abierto, ya que cuando Ìkù (la muerte) viene, lo hace por la entrada principal y cuando la enfermedad aparece lo hace por la puerta de atrás.

Entre el puesto que se le adjudica a Èsù se puede decir que es el intermediario entre dos finales opuestos de las aspiraciones y desintereses humanos: felicidad y tristeza, vida y muerte, riqueza y pobreza, el cumplimiento y el fracaso..
Oyawunmi

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